“Querida Emilia, te cuento…”

Museo de Arte Costarricense | El pasado mes de junio del 2024 | Se entabló una conversación con Emilia Prieto

“El tiempo le pone el punto a las íes”

La artista contemporánea Irene Carvajal, durante la residencia artística en Costa Rica, IMPRINT 2024 que ella misma diseña y dirige, propuso la creación de un mural colectivo utilizando la técnica de la serigrafía. La propuesta fue acogida e impulsada por el señor Esteban Calvo, director del Museo de Arte Costarricense, lugar donde la obra fue realizada y exhibida.

Las imágenes que componen el mural estuvieron basadas en la temática de los grabados que la artista costarricense Emilia Prieto Tugores plasmó casi 100 años atrás; estas fueron creadas por Carvajal y las participantes de la residencia, como también por el Colectivo Grabado Mujer. El proceso de impresión sobre una pieza de papel de aproximadamente 12 metros de largo, estuvo abierto al público que también participó en la creación del mural titulado “Querida Emilia, te cuento…”.

Y es que la importancia de recordar, mencionar y honrar a aquellas mujeres artistas que nunca fueron reconocidas por los historiadores del arte, es un acto feminista y una responsabilidad con las futuras generaciones. No parece ser una coincidencia que la mayoría de estas mujeres anteriormente invisibilizadas hayan tenido a la par una figura masculina reconocida por la historia.

Emilia Prieto Tugores, mujer, madre, educadora, ensayista, artista, investigadora, activista, folkloróloga y feminista. Ella como muchas mujeres del siglo pasado alrededor del mundo, injustamente no figuró en vida, en el relato artístico oficial de una historia que sí le pertenecía por ser protagonista. Fue esposa de Francisco Amighetti, una figura predominante en la historia del arte en Costa Rica; mientras a ella, a su arte, se le criticaba y menospreciaba por impulsar ideas de enfoque político – social, en lugar del preciosismo técnico junto al academicismo inherte y sin sentido, pero requerido y aceptado. Activista en las luchas sociales a favor de los campesinos y de los derechos de la mujer. Estuvo encarcelada por participar en huelgas. Adelantada a la época que le tocó vivir, porque no se quedaba callada, “no se comportaba como debía”. Para su tiempo era una figura incómoda en una sociedad conservadora de primera mitad del siglo XX, con todo el peso de la moral y las reglas de la iglesia.

El historiador de arte Keith Moxie, dice que, así como el lenguaje se resignifica con el tiempo según cambia la cultura, lo mismo pasa con el arte. Para la historia se requiere que pase lo mismo, es necesario re escribirla y que sea inclusiva, que hable de todo aquello que ha ayudado en el pasado a construir lo que conocemos hoy, aunque en su momento no correspondiera con el pensamiento oficial. Es pertinente hacer una lectura desde una perspectiva más actualizada, basándose en las necesidades que, como sociedad y cultura diferente a la anterior, reclama la inclusión de lo que ha sido invisibilizado. Las voces de las mujeres deben ser escuchadas y reconocidas. Si para el arte en el siglo XX la forma, el estilo, la línea y la técnica eran lo importante; hoy existe una fuerte tendencia de muchos artistas que buscan “cómo articular mensajes políticos de importancia social”, más que querer la atención del público enfocada en ellos mismos solo por su virtuosismo.

Carolina Córdoba Zamora, Artista / Historiadora, 8 de febrero, 2025